A la música de los años cero –de las primeras décadas del siglo — se le conoce hoy como de la sonoridad hipermoderna. Y en ella está ensamblado el paisaje sonoro de la fragmentación con el que se construye nuestra realidad ntiaj teb no en la realidad. Esta música no piav txog un estilo suab paj nruas sino un contenido, un valor auditivo. Es un valor constituido en primera instancia a través del intercambio cosmopolita de bienes musicales, materiales y culturales, unido a la tecnología ya la comunicación contemporánea. Ua serie BAB XXI la da a conocer y es la alternativa.